«Las aguas subterráneas son esenciales para la actividad económica y el crecimiento, la seguridad alimentaria, el desarrollo socioeconómico y la adaptación a los impactos del cambio climático. Sin embargo, la sostenibilidad de este recurso crítico está en riesgo en muchas regiones, en parte porque no se valora como es debido y se da por sentado», revela el Banco Mundial.

En el marco social, el Banco Mundial, sustenta que «este recurso es especialmente importante para el sector agrícola, donde permite reducir hasta la mitad de las pérdidas de productividad provocadas por la variabilidad de las precipitaciones».

Agrega que «esto, a su vez, se traduce en protección contra la malnutrición. En contraste, una falta de acceso a aguas subterráneas poco profundas aumenta en hasta un 20 % las probabilidades de retraso del crecimiento de los niños menores de 5 años».

Un ejemplo claro de su impacto, se da en África subsahariana. En la región, dice el Banco Mundial, más de 255 millones de personas pobres viven en zonas donde es posible aumentar las aguas subterráneas poco profundas. Al utilizar este recurso de manera responsable, y atribuirle el valor adecuada, la región podría mejorar sus rendimientos agrícolas y fomentar su desarrollo.