Islandia: un baile entre el fuego e impresionantes paisajes

Islandia, tierra de contrastes, donde la furia de los volcanes se entremezcla con la serenidad de los glaciares. Un escenario en constante transformación, esculpido por las fuerzas primordiales de la naturaleza.

En este indómito territorio, la tierra ruge y escupe lava, creando un espectáculo sobrecogedor. La erupción del volcán en Reykjanes, la tercera desde diciembre de 2023, es un nuevo capítulo en la historia geológica de la isla.

Islandia, ubicada en la dorsal Mesoatlántica, donde las placas tectónicas se separan, es un hervidero de actividad volcánica. Esta constante fricción genera magma que asciende a la superficie, dando lugar a erupciones que transforman el paisaje y dejan cicatrices en la tierra.

Más allá del peligro, estas erupciones son un recordatorio de la fuerza de la naturaleza y de la fragilidad de nuestro planeta. Son también un espectáculo de belleza sin igual, donde la lava incandescente ilumina el cielo nocturno y los ríos de fuego recorren la tierra.

 

Islandia cuenta con más de 30 volcanes activos, cada uno con su propia historia y personalidad. El Eyjafjallajökull, famoso por su erupción en 2010, paralizó el tráfico aéreo europeo y dejó una huella imborrable en la memoria colectiva. El Bárðarbunga, bajo el glaciar Vatnajökull, rugió en 2014, creando una fisura en el campo de lava de Holuhraun.

El Katla, uno de los volcanes más poderosos del sur, cubierto por el glaciar Mýrdalsjökull, duerme desde 1918, pero su potencial destructivo lo convierte en uno de los más temidos. El Askja, con sus lagos Öskjuvatn y Viti, guarda secretos en su cráter, fruto de la erupción de 1875.

Y el Grimsvötn, en el glaciar Vatnajökull, con sus erupciones en 2011 y 2020, nos recuerda el peligro de los jökulhlaups, inundaciones repentinas causadas por el contacto del magma con el hielo.

Islandia, tierra de fuego y hielo, donde la naturaleza se expresa con toda su crudeza y belleza. Un lugar donde los volcanes son parte de la vida, esculpiendo el paisaje y moldeando la cultura de sus habitantes. Un recordatorio de la fuerza de la tierra y de la necesidad de respetarla.

Fuente: https://www.nationalgeographic.es/